5 señales de que estás pasando demasiado tiempo en redes sociales

Las redes sociales nos ofrecen muchas cosas maravillosas, pero no podemos negar que están diseñadas para la adicción. Si no somos intencionales en poner límites al utilizarlas, terminaremos dejando que nos dominen y consuman cada momento libre de nuestro tiempo.

No existen reglas respecto a qué tanto tiempo deberíamos pasar conectados a estas plataformas. Es, como tantas otras cosas, una cuestión de sabiduría. Debemos tener cuidado, sin embargo, de no utilizar esta realidad como excusa para hacer lo que se nos da la gana. Debemos ser sobrios y estar alertas. Es muy fácil caer en los excesos.

Estas son cinco señales de que probablemente estás pasando más tiempo en las redes sociales de lo que deberías.

(Sigue leyendo abajo del video).

1. «No tienes tiempo» para lo más importante de la vida.

¿No tienes tiempo para leer la Biblia, orar, congregarte, estar con tu familia? Piénsalo de nuevo. 

Tienes tiempo para hacer lo que deberías estar haciendo. Si te «falta tiempo» hay dos opciones: o estás haciendo cosas de más o estás haciendo de manera ineficiente las cosas que deberías estar haciendo. Sea cual sea la razón, las redes sociales empeoran las cosas. Estas plataformas te atraen a cada momento, convirtiéndose en un lugar donde inviertes tiempo, energía y atención que probablemente deberías invertir en cosas mucho más importantes y valiosas. Además, cuando estás tratando de enfocarte en aquello que sí deberías estar haciendo, las redes sociales te llaman y te distraen, ocasionando que aquello que debería tomar 2 horas, por ejemplo, tome 3 y media.

2. Sabes más de las necesidades y los problemas de los que están lejos de ti que de los que están cerca de ti.

Siempre hay cosas terribles sucediendo en el mundo. No es sabio intentar cargar con todas ellas sobre nuestros hombros. Solo el Señor es omnisciente y Él tiene cuidado de cada cosa, Él traerá corregirá cada injusticia y enjugará toda lágrima al final.

Nosotros, sin embargo, somos seres finitos con un lugar de influencia determinado. Dios nos ha puesto en un área y momento específico; nos ha dado dones y habilidades y recursos para atender las necesidades de nuestro prójimo más cercano. Por supuesto, eso no significa que nunca debemos atender necesidades lejanas a nosotros, pero es preciso que no descuidemos lo que el Señor ha puesto a nuestro alrededor.

3. Estás en redes sociales incluso cuando no estás en redes sociales.

Las redes sociales son tan poderosas que no solo nos roban tiempo, energía y atención cuando estamos navegando en ellas… también nos roban tiempo, energía y atención cuando estamos lejos, esperando volver a conectarnos.

Si cuando no estás en redes sociales te la pasas pensando en lo maravilloso que será volver a conectarte a las redes sociales, ¡es probablemente una señal de que necesitas alejarte!

4. Guardas un montón de cosas que te inspiran o te instruyen, pero no las pones en práctica.

En redes hay diez mil actividades, libros, videos, predicaciones… un montón de cosas que ver para inspirarte en tus labores, estudios, ministerio o en el hogar. ¿Pero de qué sirve todo eso si no lo ponemos en práctica? De nada. Las redes nos hacen sentir que estamos haciendo algo porque estamos “aprendiendo” sobre cómo cumplir con nuestras responsabilidades de mejor manera, pero en realidad nos mantienen pegados a la pantalla sin realmente vivir la vida que Dios te llama a vivir.

5. No puedes evaluar todo lo que consumes en redes sociales.

«Antes bien, examínenlo todo cuidadosamente, retengan lo bueno. Absténganse de toda forma de mal» (1 Tesalonicenses 5:21-23). Me pregunto si la cantidad de información que recibimos en redes nos permite cumplir con ese mandato. Dudo mucho que así sea.

Es fácil engañarse a uno mismo. Estoy segura de que muchos leerán estas palabras y dirán “ay, no pasa nada. Lo que miro en redes es bueno”. Te invito a no conformarte con el “no tiene nada de malo”. Busca lo mejor. ¿Es tu uso de redes sociales realmente lo mejor? No dejes que las cosas buenas te priven de las cosas mejores. 

 

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ProductividadAna Ávila1 Comment