¿Tienes miedo de tomar decisiones? Lee esto
Uno de los libros que no me canso de recomendar es Haz algo, de Kevin DeYoung. Es un libro sobre la toma de decisiones desde una perspectiva cristiana.
Muchos creyentes viven con miedo de actuar. Yo lo hice, por mucho tiempo. Estamos aterrados de dar un paso en falso y desviarnos de la voluntad de Dios o perdernos de su bendición.
No tenemos que vivir así. Dios no nos ha dejado un código secreto para descifrar en la Biblia. ¡Tenemos su Espíritu y tenemos libertad!
(Sigue leyendo abajo del video).
Hace unas semanas me encontré un artículo publicado en Crossway y escrito por Aimee Joseph precisamente sobre este tema. Se llama “5 Myths About Making Decisions” (si quieres leerlo completo pero no sabes inglés, puedes traducir la página usando Google). Estas son algunas de las frases que más me impactaron:
Mito 1: La toma de decisiones es una carga que soportar.
Aimee escribe:
«Cada día se nos confían decisiones, y somos moldeados constantemente por el flujo constante de decisiones que tomamos. […] Las decisiones son dones que hay que administrar, no cargas que hay que soportar. […] Cuanto antes aprendamos a ver las decisiones como una bendición y no como una carga, más empezaremos a experimentar el deleite que Dios quiere que venga con el proceso de toma de decisiones».
Dios nos ha dado a su Hijo, su Palabra, su Espíritu, su Iglesia y un cerebro para que tomemos decisiones que le honren y seamos parte de la misión que Él nos ha dejado. Esto no es un castigo… ¡es un privilegio! No eres un robot. Busca honrar a Dios sin temor con tus decisiones cotidianas.
Mito 2: El dolor o el sufrimiento es una señal de una mala decisión.
Aimee escribe:
«El sufrimiento no siempre es señal de una mala decisión. De hecho, a menudo experimentamos pruebas y tribulaciones porque hemos tomado una decisión que honra las palabras y los caminos de Cristo en este mundo. […] Sufrir al otro lado de una decisión es un punto de control soberano. Ofrece la oportunidad de detenerse y reflexionar».
El sufrimiento es algo que todo hijo de Dios debe esperar en este mundo quebrantado por el pecado. Que padezcamos no significa que estamos en el “mal camino”. Usemos la Palabra y no lo difícil de las circunstancias para evaluar nuestra toma de decisiones.
Mito 3: La toma de decisiones es un proceso de mero análisis de datos.
Aimee escribe:
«Dios le importan los deseos de nuestro corazón, pero también nos enseña a desconfiar de ellos como nuestro amo (Jer. 17:5-10). Cuando aislamos y exaltamos la razón o la emoción por encima y en contra de la otra, intentamos separar lo que Dios ha unido sabiamente».
Tus emociones pueden engañarte… pero tu razonamiento también. Evaluemos lo que sentimos y lo que pensamos a la luz de la Palabra. ¡No ignoremos nuestras emociones!
Mito 4: El amor de Dios cambia basado en nuestras decisiones.
Aimee escribe:
«Moisés recordaba continuamente al pueblo de Dios la razón del amor de Dios: Dios los amaba porque los amó. Los eligió porque los eligió (Deut. 7: 6-10; 9: 6). Ese amor inmerecido e inquebrantable proporciona la seguridad y el fundamento necesarios para tomar decisiones sabias que honren a Dios».
¡Qué alegría saber que Dios nos ama porque Él es amor, no por lo buenos que nosotros seamos! Esto nos da la valentía que necesitamos para tomar decisiones que honren al Señor (y para venir en arrepentimiento cuando nos equivoquemos).
Mito 5: Mis decisiones son mis decisiones; solo me afectan a mí.
Aimee escribe:
«Nuestras vidas son mucho más porosas de lo que queremos admitir. Lo que hacemos en privado repercute en las vidas de los que nos rodean. Cuando Dios dio los mandamientos, se los dio a su pueblo».
Si Cristo te salvó, no te salvó para andar solo. Eres parte de una comunidad. Cuando tomas decisiones, tus decisiones no solo te afectan a ti… ¡sino a todos los que te rodean! Cuando ores para tomar una decisión, no solo busques glorificar al Señor, sino también honrar a tu prójimo.
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