3 ideas para usar tu teléfono con sabiduría
Nuestros teléfonos son herramientas que pueden ayudarnos a lograr cosas increíbles: ver a seres amados que viven al otro lado del mundo, compartir ideas inspiradoras, mantener tus tareas organizadas, y mucho más. Pero la realidad es que nuestros móviles también pueden ser agujeros negros de procrastinación. El entretenimiento infinito que ofrecen nos distrae de hacer las cosas que hemos sido llamados a hacer.
En este episodio de Los cristianos también leen les comparto un poco acerca de cómo utilizo mi teléfono para ser más productiva. Si por ahora no puedes escucharlo, aquí tienes tres ideas que puedes poner en práctica ahora mismo:
1) Piensa en tu teléfono como una herramienta.
Todos lo hemos escuchado: “El teléfono no es malo, es solo una herramienta. Depende de cómo lo uses”. Esto puede ser cierto (ignoremos un momento el hecho de que las redes sociales no son “neutras” porque son diseñadas para ser adictivas), pero lo triste es que usamos esta verdad como una justificación. La mayoría de nosotros en realidad no tratamos el teléfono como una herramienta.
Así como no tomas un martillo y empiezas a golpear a lo loco “a ver qué sale”, el móvil y las redes sociales no deberían ser algo que uses “para ver qué hay”. Un carpintero usa su martillo para clavar y construir una mesa. ¿Qué quieres construir tú?
Algo muy común, por ejemplo, es querer usar Facebook para estar al pendiente de la vida de tu familia y amigos cercanos. Eso está bien. Pero, ¿realmente necesitas 2 horas diarias de Facebook para alcanzar ese objetivo? Seguramente no. Si realmente quieres usar tu móvil como herramienta, probablemente te bastará una hora cada semana para revisar los perfiles de tus seres queridos, ver algunos videos entretenidos y enterarte de las noticias más importantes. El resto del tiempo es tiempo perdido.
Tómate un momento para evaluar qué es lo que más te importa y cómo se relaciona con tu uso del móvil. Establece tres cosas: (1) ¿Qué quieres lograr? (2) ¿Cómo puede tu teléfono ayudarte a cumplir ese objetivo? ¿Cómo te estorba? (3) ¿Qué límites te pondrás para usar tu teléfono como herramienta y no como distracción?
En el podcast puedes escuchar más sobre cómo utilizo el teléfono como una herramienta. Espero te ayude a pensar en cómo puedes hacer lo mismo.
2) Desactiva todas las notificaciones.
¿Usas tu móvil o el móvil te usa a ti? Se supone que las notificaciones son solo recordatorios amables acerca de las cosas importantes que te estás perdiendo. Pero, ¿de verdad es importante saber si alguien le dio “me gusta” a una de tus fotografías? ¿Es necesario saber instantáneamente que te llegó un correo electrónico?
Por supuesto, dependiendo de nuestras responsabilidades, necesitaremos ciertas notificaciones activadas. No me gustaría que a nuestro pediatra se le pasara una llamada de emergencia. Sin embargo, la gran mayoría de las notificaciones son completamente irrelevantes. Y ahí estamos, permitiendo que otros nos digan cuándo deberíamos revisar el móvil. Cada vez que atendemos una notificación que en realidad no importa, estamos regalando tiempo y atención que no vuelven, y agrandando los bolsillos de los dueños de las redes sociales.
Está bien usar el teléfono, pero sé tú el que decida cuándo y cómo lo usarás.
3) Una app, un lugar.
Solo porque algo está disponible no significa que debamos tenerlo. Podrías instalar tu red social favorita en la computadora, la tablet, el teléfono, la televisión, y hasta en el reloj. ¿Mi consejo? No lo hagas. Si quieres evitar la distracción, no puedes confiar en tu fuerza de voluntad. Elimina la tentación… literalmente, elimínala de tu móvil.
A veces todo lo que necesitas para ser más productivo es poner un poco de distancia entre tu atención y las redes sociales. El teléfono va contigo a todos lados, así que procura tener la menor cantidad de distracciones en él. Podrías usar Facebook o Twitter desde tu computadora. Quizá podrías ver YouTube solo en la televisión. Y si quieres usar Instagram en el teléfono, está bien, pero no tengas esa app en tu tableta también. Que tu distracción favorita esté en un solo lugar, no te rodees de ella teniéndola en todos tus dispositivos.
Una de las mejores cosas que puedes hacer por tu productividad es construir hábitos sanos para el uso del teléfono. No se trata de tomar medidas extremas de vez en cuando y luego volver a lo mismo. Así como no sirve hacer ejercicio intenso una semana del año y luego volver al sedentarismo de siempre, hacer “detox digitales” solo calma tu conciencia un momento. Mejor haz ajustes pequeños y constantes, creciendo en sabiduría un día a la vez.