Tu cerebro se cansa
En teoría me queda un rato para trabajar pero, ¿sabes qué?, mi mente está frita. Pasé la mañana escribiendo. Gracias a Dios pude avanzar más de lo que esperaba. Eso significa que me quedó tiempo libre... ¿Pero energía? Ninguna.
Hice un par de tareas administrativas, pero ya no puedo más. Así que es hora de descansar.
¿Por qué nos cuesta tanto reconocer esto? Cuando alguien trabaja con su cuerpo, no nos sorprende que tenga que tomar descansos regularmente o que termine la jornada completamente molido.
Cuando alguien trabaja con la mente, sin embargo, tenemos la ilusión de que puede trabajar ocho horas de corrido en tareas que requieren de altos niveles concentración. Pensamos que lo único que necesitamos para estudiar, leer, escribir, diseñar o hacer un reporte es apartar el espacio en nuestro calendario.
Nos engañamos a nosotros mismos pretendiendo que a las 11 PM, después de invertir nuestra energía en un montón de cosas distintas, tendremos lo que necesitamos para completar esa tarea intelectualmente demandante que hemos pospuesto una y otra vez.
A la hora de planear, que no se te olvide que tu cerebro también necesita descansar.
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