Un sencillo consejo para que las mañanas sean más fáciles

Mi uniforme extendido sobre una silla en del comedor. Las calcetas blancas cuidadosamente colocadas en el asiento. Un par de zapatos negros relucientes y perfectamente alineados, junto a una mochila lista para el día escolar.

En mi casa no podías irte a la cama si no dejabas todo listo la noche anterior.

Ese es el primer consejo de productividad que aprendí y ni siquiera lo sabía. Pero desde pequeña supe que, para evitar la locura y el caos, no puedo ir a la cama hasta dejar listo todo lo que necesito la mañana siguiente.

Resulta que ahora este consejo está de moda. Lo vez por todas partes. Desde en los libros de auto-ayuda hasta en videos de YouTube sobre rutinas matutinas: Una mañana productiva inicia la noche anterior.

Quizá se ha vuelto un cliché, pero si es así, es porque funciona.

La idea es tomar decisiones por adelantado, para que tu “yo del futuro” tenga que ejercer el menor esfuerzo posible para lograr lo que te cuesta más trabajo lograr.

¿Llegar temprano? Elige tu atuendo de mañana. Revisa que tu bolso esté preparado para que puedas salir corriendo sin que nada se te olvide.

¿Desayunar en familia? Decide qué comerán y asegúrate de tener todos los ingredientes. Prepara por adelantado todo lo que puedas y deja la cocina y el comedor limpios para usarlos en cuanto despierten.

¿Hacer ejercicio? Duerme con tu ropa deportiva y pon tus zapatos para correr en la puerta de tu habitación. Ten preparada una botella llena de agua y descarga un audiolibro. Que nada te detenga.

¿Leer? Despeja tu escritorio y pon tu libro, bolígrafo y papel justo en el centro. ¡No olvides dejar la cafetera lista!

Si te tomas 10 minutos antes de irte a la cama para poner todo en su lugar, tus mañanas serán mucho menos caóticas y podrás aprovecharlas al máximo. Créeme, tu “yo del futuro” te lo agradecerá.

ProductividadAna Ávila