¿Te distraes mientras lees? Ten una pluma a la mano.

Todos tenemos un juego para el móvil que usamos cuando estamos viendo televisión (o en el baño). Nuestra serie favorita en Netflix es muy interesante, pero no podemos estar quietos y solo mirar. Así que nuestras manos se dedican a Candy Crush, Township, Plants vs. Zombies, o (en mi caso) Dots.

¿La razón? Ver un programa de televisión es una tarea pasiva. Sea cual sea nuestro nivel de atención, la historia continúa. No tenemos que ejercer ningún tipo de esfuerzo. A veces ni siquiera hay que abrir los ojos (“¡Hey, estaba viendo eso!”, me regañó mi abuela más de una vez cuando me atreví a cambiar el canal cuando empezó a roncar).

Leer es una tarea activa. O, por lo menos, debería serlo.

Todos conocemos el sentimiento de haber pasado nuestra mirada por cientos de oraciones para descubrir que no hemos entendido nada al final de la página. Leímos (porque podemos recordar las ideas vagamente al repasar el párrafo) pero no leímos activamente.

Existen varias formas de facilitar la lectura activa. El objetivo es que nuestra completa atención esté sobre el texto que tenemos enfrente. Puedes leer en voz alta, leer mientras caminas, o hacer un pequeño resumen de lo que aprendiste al terminar. Mi manera favorita de leer activamente es leer con una pluma en mano.

Muchas personas se ponen nerviosas solo al pensar en marcar sus libros. ¿Qué debo hacer? ¿Cuántos colores necesito? ¿Subrayo con una regla o mi pulso tiene que ser perfecto? La verdad es que no hay reglas; cada lector tiene su propio estilo.

Lo importante es interactuar con el material. Lo importante es tener una conversación con el autor.

La próxima vez que tomes un libro, toma también una pluma e imagina que el autor está junto a ti. ¿Qué le preguntarías? ¿Cómo contestarías a sus argumentos? ¿Qué sentimientos o recuerdos expresarías en respuesta a sus ideas?

No leas como si simplemente estuvieras consumiendo un montón de información. Sin importar lo famoso que sea el autor, detente y considera cada argumento. Usa tu pluma para pelear con las ideas. Pueden ser cosas sencillas, como signos de exclamación o de pregunta. También puedes poner tus comentarios en los márgenes, agregar definiciones o ilustraciones.

Trata de no dejar sin algún tipo de marca ninguna de las páginas.

Una vez que leas con pluma en mano, no tendrás tiempo para distraerte. Estarás muy ocupado haciendo de ese libro tu propio libro.

LibrosAna Ávila