Griego Bíblico: Lo que debes saber antes de empezar

¡Sí se pudo! Oficialmente concluí con éxito mi primera materia de idiomas bíblicos en el seminario: griego básico. Estas son algunas cosas que vale la pena tener en mente antes de adentrarse al mundo del griego koiné:

Mantén una buena actitud:

«Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31).

Mis primeros meses con el griego bíblico fueron toda una montaña rusa. Primero, ni siquiera quería estudiarlo: estaba convencida de que sería demasiado complicado para mí. Sin embargo, después de charlar con varios amigos teólogos, decidí atreverme. Estaba segura que invertir tiempo y esfuerzo para poder leer la Escritura en su idioma original valdría la pena. Así, empecé emocionada… lo cual no duró mucho. Aunque la primera semana fue bastante tranquila, el ritmo de estudio se intensificó. De repente me vi bombardeada con un millón de cosas para memorizar. Empecé a asustarme. Después fue el primer examen parcial y muchos de mis compañeros y yo quedamos con el ánimo completamente destruído. Pensé que no había manera de que pudiera pasar esta materia. Todo iba muy rápido, tenía otra clase que navegar (además del trabajo, la iglesia, la vida familiar). 

(Sigue leyendo abajo del video).

Afortunadamente tengo un Pepe (Mendoza) Grillo que no me dejó pasar demasiado tiempo en la miseria. Como le encanta decirme: «Retroceder, nunca. Rendirse, ¡jamás!». No había vuelta atrás. Había que sacudirse el polvo y cambiar la estrategia. 

Estudiar idiomas bíblicos no es una tarea fácil, pero vale la pena. Es importante mantener en mente por qué lo hacemos (por amor a Dios y al prójimo, ¡como todo lo demás!) y perseverar con la mirada en el Señor aun en medio de nuestros momentos de fracaso. Si nos quedamos en el “no puedo”, “está muy difícil”, “no es justo”, seremos estorbados de perseverar en las buenas obras que Dios ha preparado para nosotros. Es cierto que a veces no podemos, habrá momentos en que las cosas se pondrán muy difíciles y desafortunadamente nos enfrentaremos con injusticias en este mundo quebrantado, pero eso no nos debe impedir dar nuestro mejor esfuerzo cada día, por torpe que este sea.

Dos recursos que me animaron a mantener una buena actitud durante mis estudios de griego fueron “Just Show Up” de Drew Dyck y “Greek For Life” de Benjamin L. Merkle y Robert L. Plummer.

Comprométete a invertir tiempo de estudio todos los días:

«El deseo de perezoso lo mata, porque sus manos se rehusan a trabajar» (Proverbios 21: 25).

Seamos honestos: hay materias que se pueden pasar con unas cuantas horas de inversión a la semana. Quizá apartas un día o dos tardes a la semana para hacer las lecturas y completar las asignaciones de este tipo de clases. El griego no es así. Para lograr comprender y retener la información que te permitirá utilizar bien el idioma, necesitas dedicar tiempo todos los días a tus estudios. La buena noticia es que no tiene que ser demasiado tiempo todos los días. Veinte minutos por la mañana y veinte minutos por la tarde bastarán para repasar vocabulario y paradigmas. Esto, por supuesto, es adicional a las horas que requieres para ver o leer las lecciones y asegurarte de que entiendes los conceptos correctamente. Yo cometí el error de empezar griego junto a otra materia. No lo recomiendo, la verdad. Es mejor enfocarse de lleno en el estudio del idioma y luego seguir con otras materias cuando la base del idioma esté bien establecida. 

Ten muy claro el ritmo de estudio y ten expectativas realistas:

Organízate bien. Antes de empezar tus clases, revisa el plan de estudio, los temas que se cubrirán cada semana, revisa cuándo son los parciales y pregunta bien al profesor o al asistente qué es lo que se evaluará en cada examen. Ten todas tus lecciones y materiales de repaso bien organizados antes de empezar el semestre. No estés como loco a pocos día de un final buscando lo que tienes que estudiar. Empieza cada semana con los objetivos de estudio muy claros: ¿Qué lecciones debes ver/leer? ¿Cuándo lo harás? ¿Qué vocabulario debes memorizar? ¿Cuándo lo harás? ¿Tienes claros los conceptos de semanas anteriores o necesitas ayuda para poder construir sobre ellos? 

No camines solo:

Siempre he sido una estudiante bastante independiente. Prefiero leer por mi cuenta en lugar de ir a clases y detesto los trabajos en equipo. Con el griego, sin embargo, se me tuvo que quitar la vergüenza de pedir ayuda y Dios trabajó al demoler mi orgullo de “puedo entenderlo yo sola”. Tengo la bendición de contar con más de un maestro de griego en mi lista de contactos, y todos ellos fueron generosos con su tiempo para aclarar mis dudas y repasar conmigo. Con uno de ellos pude reunirme una vez a la semana para una tutoría en la que analizábamos juntos el texto bíblico. ¡Eso hizo toda la diferencia! Además, me dio un renovado amor por el griego. La materia pasó de ser una lista interminable de cosas qué memorizar a un rompecabezas hermoso que podía armar poco a poco acompañada de gente que quiero muchísimo.

Aprovecha las herramientas adicionales que tienes disponibles:

Hoy tenemos a nuestro alcance un montón de herramientas que pueden facilitar y enriquecer nuestro estudio. ¡Aprovechémoslas! A veces, el libro asignado nos confunde más de lo que nos ayuda. Cuando esto me sucedía, buscaba explicaciones adicionales en Dosis Diaria de Griego o YouTube o en libros recomendados por amigos que ya habían estudiado el idioma. Si estás atorado con algo, no te quedes haciendo lo mismo una y otra vez, ¡busca opciones o pide ayuda!

 

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Ana ÁvilaComentario