Esta semana empecé a leer un libro sobre psicología evolutiva para mi beca de entrenamiento. Por ahora no tengo mucho para compartir al respecto, pero intentaré estar publicando algunas de mis reflexiones por aquí conforme vaya avanzando con mis estudios.

Nos guste o no, la evolución es un tema importante en el área de la ciencia y la religión; necesito pasar un buen tiempo entendiendo la controversia. La idea de adentrarme en este tema solía ponerme nerviosa, pero ahora mismo me siento muy emocionada. La razón probablemente es que no estoy escribiendo un episodio de podcast ni un artículo acerca de esto. No tengo una fecha de entrega que me presione para llegar a alguna conclusión definitiva ni tengo que crear algo para publicar. Eso quizá vendrá después. Por ahora, simplemente estoy aprendiendo. Estoy buscando la verdad, tanto bíblica como científica, por imperfecta e incompletamente que podemos verla con la evidencia que tenemos hoy. Eso me trae gozo. Y también trae gloria a Dios: «Grandes son las obras del Señor; estudiadas por los que en ellas se deleitan. Gloriosas y majestuosas son sus obras; su justicia permanece para siempre» (Salmo 111:2-3).

A lo largo de los años he ido coleccionando varios libros sobre la evolución. Estos son algunos de los que espero leer (al menos parcialmente) durante esta unidad de mi entrenamiento:

“Evolutionary Psychology: A Beginner’s Guide”, by Robin Dunbar, Louise Barrett, John Lycett.
“The Creationists”, de Ronald L. Numbers.
“Theistic Evolution”, de varios autores.
“Evolution: A Very Short Introduction”, de Brian and Deborah Charlesworth.
“El Adán histórico”, de William Lane Craig.
Entradas relevantes de “Dictionary of Christianity and Science”, de varios autores.

También estoy considerando leer la autobiografía de Charles Darwin, porque me parece algo que cualquiera que se adentre en este tema debe conocer. Usualmente se utilizan hechos sobre la vida, el carácter y las creencias de Darwin en los debates acerca de la evolución. Pero lo dejaré para el final. Aunque no diría que la trivia sobre Darwin es irrelevante —es importante considerar a dónde nos lleva el abrazar ciertas teorías o doctrinas— tampoco diría que la opinión de Darwin sobre, por ejemplo, la eugenesia, es un argumento poderoso en contra de su trabajo científico. Algunos teólogos amados por nosotros los cristianos han escrito y creído cosas terribles (¿Lutero?) pero no por eso rechazamos sus contribuciones por completo.

En fin, el objetivo de mis estudios es alejarme de los clichés virales acerca de la evolución el cristianismo y obtener una imagen más clara del debate en toda su complejidad. Mi objetivo también es regocijarme en lo que conocemos acerca de la creación de Dios y regocijarme en todo lo que todavía nos falta por aprender.

Estudiando ando